Todas las etnias que
comprenden la República de Guinea Ecuatorial fueron durante el período
precolonial animistas. Una vez llegaron los misioneros europeos, el culto a los
dioses tradicionales desapareció en la mayoría de los casos, hasta nuestros
días.
La
finalidad de este artículo es plasmar los orígenes y la evolución de religiones
que se han implantado en Guinea Ecuatorial en todas las etnias que coexisten en
el país, en los períodos precolonial, colonial y poscolonial. Nuestra intención
es explicar al lector qué ritos y creencias tradicionales se han conservado y cuáles
no, desde la llegada del cristianismo a nuestro territorio.
Según
las fuentes consultadas, antes del advenimiento de los europeos, los pueblos de
Guinea Ecuatorial tenían sus propias religiones (animismo y fetichismo)
centradas en elementos que divinizaban, se trataba de un fenómeno que se daba
en todas las etnias.
La
totalidad de los grupos étnicos (fang, bubi, ndowé, annobonés, bisio, etc.)
tenían sus creencias consuetudinarias, pero también les constaba la existencia de
un dios desconocido, similar al de los cristianos, que denominan de diferentes
maneras. Para los fang, este hacedor de todo recibe el nombre de “Nzama”
(nzaman), que crea confusión, “Rupé” para los bubis, “Añambe” para los Ndowés,
mientras en la isla de Annobón recibe el nombre de “Nasol- Liim”.
Estos pueblos, en su totalidad bantúes, han estado realizando invocaciones a sus antepasados que eran considerados intermediarios entre el Ser Supremo y los vivientes. Realizaban sus oraciones por medio de figuras como: el “Melan”, en la comunidad fang, un conjunto de cráneos y huesos extraídos de las personas que en vida se distinguían por su reconocida bondad. En la sociedad Ndowé, el “Idimo” era un cuerpo sin vida al que se atribuía la capacidad de ayudar a las familias, constituía el más allá de los Ndowés cuyo poder de dirección fue Upangui y Añambe. Los sacerdotes tradicionales bubis también rendían culto a sus ancestros que en vida eran altos dignatarios los que podían ponerse en contacto con los grandes espíritus de la creación, con Dios y con los ángeles.
A
partir de los primeros ensayos de evangelización por parte de algunas
congregaciones europeas (capuchinos, jesuitas y protestantes), los diferentes
cultos a los fetiches y amuletos empezaron a perder peso. El 13 de noviembre de
1883 llegaron los religiosos claretianos, quienes frenaron los avances de las
demás órdenes. Durante el periodo colonial, los Inmaculados Hijos de María
establecieron el cristianismo en Guinea Ecuatorial, erradicando así los ritos
tradicionales de los nativos, evangelizando con la palabra de Cristo,
bautizando a los autóctonos en el nombre del “Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo”. Afirma el maestro Rosendo Elá Nsué en su libro “la descolonización de Guinea
Ecuatorial”. Valiéndose de la palabra educación como si de un arma se tratara,
consiguieron casi plenamente sus objetivos: “la cristianización de Guinea
Ecuatorial”, eliminando totalmente las formas de vida del ecuatoguineano
precolonial. Desde 1883 hasta 1968, año de la independencia, Guinea Ecuatorial
se vio fuertemente sometida al cristianismo, sobre todo al catolicismo. Durante
este periodo, muchos nativos se hicieron religiosos.
Años
después de lograr la soberanía nacional, la religión estuvo a punto de caer en
picado por la persecución que sufrieron los misioneros. Según cuentan algunos
mayores: “se cerraron las iglesias y se prohibió el bautizo cristiano”, explicaba
Celestino Nsué Edú, uno de los que vivieron estos hechos.
Después
de tanta tensión entre la iglesia y el Estado, a partir de 1979, la religión
católica recobró su importancia previa y así se ha quedado hasta la actualidad.
Tras la firma de la carta Magna de Akonibé el 15 de agosto de 1982 en la cual
se proclaman los derechos humanos y libertad de culto y religión, Guinea
Ecuatorial cuenta en la actualidad con varias iglesias: católicas,
protestantes, pentecostales e islámicas, entre otras. Todas ellas con sus maneras
diversas de rendirle culto a Dios.
Con
la implantación del cristianismo en tiempos de la colonia, los grupos étnicos
de Guinea Ecuatorial fueron abandonando paulatinamente algunas de sus creencias
tradicionales para abrazar la religión impuesta por el europeo.
Guinea
Ecuatorial cumple 50 años como Estado soberano e independiente y muchas de las
costumbres consuetudinarias se van quedando en el olvido, como el culto a los
antepasados y las creencias en los fenómenos naturales. A pesar de haber
asimilado una nueva fé, algunos ecuatoguineanos siguen invocando a los
espíritus de sus ancestros para solicitar curaciones, pero solo se pueden
apreciar estas prácticas en los hechiceros o curanderos tradicionales, así como
en algunos rituales continúan haciéndose en ciertos pueblos del país. En la
isla de Annobón aún se venera a la reina del mar, pero no para esperar protección
a cambio sino por formar parte de su tradición, y en la isla de Bioko se rinde culto
a la madre Bisila, etc.
El
ascenso del cristianismo en Guinea ha ido en paralelo con nuestro crecimiento
como país soberano.
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